
Nuevo Estudio Vincula Suplemento Popular presente en Puerto Rico con Mayor Riesgo de Enfermedades del Corazón
Redacción por: Equipo de Salud GO
Con millones de personas confiando cada día en suplementos nutricionales para mejorar su bienestar, nuevas investigaciones publicadas en mayo de 2025 han sacudido los cimientos de esta industria multimillonaria. Un suplemento ampliamente utilizado —considerado por muchos como “natural e inofensivo”— ha sido vinculado con un aumento significativo en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente en adultos mayores de 45 años. Esta nueva alerta ha provocado reacciones inmediatas de cardiólogos, autoridades de salud y consumidores preocupados que durante años han confiado en este producto como una alternativa segura a los medicamentos tradicionales.
El suplemento en cuestión es la berberina, un compuesto vegetal extraído principalmente de plantas como Berberis vulgaris, Hydrastis canadensis y otras raíces utilizadas en la medicina tradicional china y ayurvédica. En la última década, la berberina se popularizó en occidente como un aliado prometedor contra la resistencia a la insulina, la obesidad y los trastornos metabólicos. Su apodo reciente como “el Ozempic natural” —en referencia al medicamento semaglutida usado en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la pérdida de peso— consolidó su fama en redes sociales y comunidades dedicadas a la salud alternativa.
La berberina se vendía ampliamente en forma de cápsulas, gotas o polvos, en presentaciones que oscilaban entre los 500 mg y 1500 mg por dosis diaria. Influencers, gurús del fitness y coaches holísticos la promovían como una solución integral para el síndrome metabólico, sin necesidad de receta médica. Sin embargo, el estudio más reciente del Instituto Nacional de Cardiología de EE. UU., publicado en The Lancet Cardiology (mayo de 2025), revela un lado oscuro de este compuesto: un incremento del 27% en la incidencia de eventos cardíacos entre los usuarios regulares.
El Estudio: Diseño, Resultados y Riesgos Detectados
El estudio longitudinal siguió a más de 18,000 participantes durante cinco años, integrando variables como edad, etnicidad, historial médico, estilo de vida y uso de suplementos. De estos, 4,900 reportaron un uso frecuente de berberina, definido como dosis diarias iguales o superiores a 500 mg durante al menos seis meses consecutivos. Los investigadores aplicaron controles cruzados con pacientes que no consumían suplementos, así como con aquellos que usaban otros productos naturales de forma regular.
Los principales hallazgos fueron los siguientes:
- Riesgo aumentado de taquiarritmias, especialmente en individuos con antecedentes familiares de enfermedad cardíaca o trastornos eléctricos del corazón.
- Mayor prevalencia de hipotensión severa en pacientes polimedicados, lo que en algunos casos llevó a hospitalizaciones por síncope o caídas.
- Alteraciones en el perfil lipídico, con disminución del HDL (“colesterol bueno”) en ciertos subgrupos étnicos, como personas de ascendencia africana y del sudeste asiático.
- Prolongación del intervalo “QT” en los electrocardiogramas, un marcador clave de riesgo para arritmias ventriculares potencialmente fatales.
El doctor Nathan Reyes, cardiólogo clínico y coautor del estudio, advirtió: “La berberina no es tóxica por sí sola, pero al ser combinada con otros medicamentos como estatinas, betabloqueadores o antidiabéticos orales, puede desencadenar interacciones impredecibles en el sistema cardiovascular.”
Auge de la Berberina: Entre lo Natural y la Desinformación
Varios factores explican el ascenso meteórico de la berberina en los últimos años:
- Promoción en redes sociales: Influencers de salud y comunidades holísticas han promovido extensamente sus beneficios, en muchos casos sin mencionar riesgos ni contraindicaciones.
- Comparaciones con medicamentos aprobados: Se la comparaba constantemente con productos como Ozempic o Metformina, pero con la ventaja de no requerir prescripción médica.
- Desconfianza hacia la medicina convencional: Muchos consumidores se sienten atraídos por lo “natural”, creyendo erróneamente que esto equivale a seguridad o ausencia de efectos secundarios.
- Accesibilidad en línea: Plataformas de comercio electrónico permitieron su distribución global sin controles rigurosos ni requerimientos de etiquetado estandarizado.
Un estudio de mercado de 2024 estimó que el segmento de suplementos con berberina había superado los 950 millones de dólares anuales en ventas, con crecimiento proyectado del 18% anual hasta 2028. Estos datos ahora están siendo reevaluados por analistas e inversores ante el impacto de los nuevos hallazgos.
Opinión de Especialistas: Recomendaciones y Llamados a la Regulación
Las reacciones del sector médico y científico no se hicieron esperar.
Asociación Americana del Corazón (AHA)
- Recomienda evitar el uso prolongado de berberina sin supervisión médica.
- Llama a actualizar las etiquetas de suplementos con advertencias explícitas sobre efectos secundarios, particularmente cardiovasculares.
- Pide la creación de un registro nacional de suplementos que permita rastrear efectos adversos reportados por pacientes y profesionales de salud.
Sociedad Española de Cardiología (SEC)
- Insta a implementar campañas educativas sobre las interacciones entre suplementos y medicamentos prescritos.
- Advierte que la automedicación con productos “naturales” fue una de las principales causas de ingresos a urgencias por efectos adversos en 2024 y comienzos de 2025.
- Sugiere que se exija formación mínima a profesionales que recomienden estos productos, incluyendo entrenadores, terapeutas integrativos y asesores de salud.
El doctor Luis Mateo, portavoz de la SEC, declaró: “Es tiempo de tratar a los suplementos con el mismo rigor que los medicamentos, sobre todo si se usan con fines terapéuticos. No se puede permitir que la desinformación en redes sociales ponga en riesgo la vida de los pacientes.”
¿Qué Alternativas Seguras Existen?
Los expertos coinciden en que no todos los suplementos son peligrosos, pero subrayan la necesidad de priorizar aquellos respaldados por evidencia clínica sólida. Entre las alternativas seguras para promover la salud cardiovascular se incluyen:
Intervenciones médicas personalizadas
- Supervisadas por cardiólogos y endocrinólogos, que pueden adaptar tratamientos a cada perfil de riesgo.
- Incluyen el uso racional de fármacos como estatinas, inhibidores de SGLT2 o antagonistas del receptor GLP-1, con protocolos ajustados a comorbilidades.
Cambios en el estilo de vida
- Actividad física regular (mínimo 150 minutos semanales).
- Dietas como la DASH o mediterránea, que han demostrado reducir la presión arterial y los niveles de colesterol LDL.
- Manejo del estrés mediante “mindfulness”, terapia cognitivo-conductual o apoyo grupal.
Suplementos con respaldo científico:
- Omega-3 EPA/DHA: Reducción de triglicéridos y menor riesgo de eventos cardiovasculares en pacientes con enfermedad coronaria.
- Coenzima Q10: Mejora la función cardíaca en algunos pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva.
- Fibra soluble (psyllium): Ayuda al control glucémico y a la reducción del colesterol LDL, especialmente en personas con prediabetes o síndrome metabólico.
Reacción del Mercado y Primeras Medidas
Tras la publicación del estudio, varias cadenas de farmacias en EE. UU., Canadá, Reino Unido y España han comenzado a incluir advertencias en productos que contienen berberina, especialmente en dosis superiores a los 500 mg diarios. Algunos fabricantes han optado por retirar voluntariamente sus productos, mientras otros han reformulado sus etiquetas para incluir contraindicaciones y advertencias más visibles.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) emitió un comunicado preliminar solicitando mayor investigación, antes de decidir si se impondrán restricciones específicas al suplemento. No obstante, el comunicado también destacó la necesidad de actualizar las normativas de suplementos, que hasta ahora han sido mucho menos exigentes que las que aplican a medicamentos.
A nivel legislativo, un grupo bipartidista en el Congreso estadounidense está considerando un proyecto de ley que exigiría ensayos clínicos y validación por terceros antes de que nuevos suplementos puedan comercializarse como tratamientos para enfermedades crónicas.
Señales de Alerta para los Consumidores
Los profesionales de salud recomiendan mantenerse alerta ante productos que presentan las siguientes características:
- Promesas exageradas o milagrosas, como “Reduce 10 kg (22 lbs) en un mes sin dieta ni ejercicio”.
- Falta de estudios clínicos publicados que respalden sus efectos.
- Distribución exclusiva en redes sociales o en sitios web sin certificaciones de calidad.
- Ausencia de sellos de validación por laboratorios independientes o instituciones reguladoras.
También se exhorta a los consumidores a consultar con un médico o farmacéutico antes de iniciar cualquier suplemento, especialmente si ya están tomando medicamentos recetados.
Resumen
El caso de la berberina en 2025 marca un punto de inflexión en la conversación global sobre la regulación de suplementos nutricionales y la necesidad urgente de educación médica continua entre consumidores. Lo que hasta hace poco era considerado un remedio natural inofensivo ha demostrado tener implicaciones importantes para la salud cardiovascular, especialmente en personas vulnerables o polimedicadas. Esta revelación no solo pone en entredicho la seguridad de ciertos suplementos mal regulados, sino que también plantea interrogantes sobre la forma en que los productos naturales son percibidos, promovidos y consumidos a escala mundial.
En un contexto donde la medicina basada en la evidencia busca cada vez más integrar estrategias de salud complementarias, el caso de la berberina demuestra que lo “natural” no es sinónimo de “seguro” y que ningún suplemento debe escapar al escrutinio científico. La percepción popular que asocia lo vegetal con lo benigno ha sido alimentada durante años por una industria con escasa supervisión y por dinámicas de desinformación digital que favorecen las soluciones rápidas por encima del asesoramiento clínico.
Además, este evento ha puesto de relieve las lagunas normativas que aún existen en torno a los suplementos alimenticios. A diferencia de los medicamentos, cuya comercialización requiere rigurosas fases de investigación, revisión por comités científicos y validación por agencias sanitarias, muchos suplementos entran al mercado con evidencia limitada, etiquetado incompleto y escasa fiscalización. Esto deja a los consumidores expuestos a productos potencialmente riesgosos, sin garantías reales de calidad, dosis segura ni eficacia comprobada.
A nivel clínico, el estudio obliga a los profesionales de la salud a repensar su relación con el uso de suplementos por parte de sus pacientes. En muchos casos, el uso de productos como la berberina no se discute durante las consultas médicas, lo que dificulta una visión completa del estado de salud del individuo y aumenta el riesgo de interacciones farmacológicas. Por ello, es fundamental fomentar una cultura de comunicación abierta entre médico y paciente, donde se incluyan también los productos de venta libre y remedios naturales.
Para las autoridades de salud, el desafío es claro: establecer marcos regulatorios más estrictos que exijan ensayos clínicos, trazabilidad, etiquetado detallado y advertencias visibles en todos los productos con efectos terapéuticos potenciales. La salud pública no puede depender exclusivamente de la autorregulación de la industria, especialmente cuando hay vidas en juego.
En última instancia, los riesgos revelados por este estudio no implican necesariamente que la berberina deba desaparecer del mercado, pero sí dejan claro que su uso debe ser racional, informado y supervisado. En lugar de dejarse llevar por promesas comerciales o recomendaciones sin fundamento, los consumidores deben priorizar la consulta médica, la lectura crítica de la evidencia disponible y la búsqueda de intervenciones integrales y personalizadas.
Este caso también ofrece una oportunidad para transformar la manera en que sociedad, ciencia y mercado interactúan en torno a la salud. Apostar por la transparencia, la educación y la medicina basada en evidencia no solo protegerá a los pacientes, sino que permitirá construir un ecosistema de salud más seguro, sostenible y éticamente responsable.
Fuentes consultadas:
- The Lancet Cardiology, mayo 2025
- Asociación Americana del Corazón, Boletín Clínico Q2 2025
- FDA Drug Safety Update, junio 2025
- Mayo Clinic Heart Center, 2024–2025
Descargo de responsabilidad:
Este artículo tiene fines informativos únicamente y no debe considerarse como un consejo médico. Consulte con su médico u otro proveedor de atención médica calificado.