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Descubre qué son las Espondiloartropatías y cómo tratarlas

Descubre qué son las Espondiloartropatías y cómo tratarlas

Por: Dr. Luis Maita

 

Las espondiloartropatías representan un grupo de enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas que afectan predominantemente la columna vertebral, las articulaciones periféricas y las entesis (los puntos donde los tendones y ligamentos se unen al hueso).

La comprensión de estas patologías es fundamental, dado su potencial impacto en la movilidad y la calidad de vida, por eso en este artículo conocerás todo acerca de las espondiloartropatías.

Clasificación de las Espondiloartropatías

Aunque todas comparten una raíz común de inflamación crónica y una cierta predisposición genética, las espondiloartropatías no son una única enfermedad. Por eso, entender las diferencias entre ellas es clave, ya que cada tipo puede manifestarse de una manera particular y requerir enfoques de tratamiento específicos.

Espondilitis Anquilosante

La Espondilitis Anquilosante es la forma más conocida y, a menudo, la que viene a la mente cuando se habla de espondiloartropatías. Su sello distintivo es la inflamación crónica que afecta principalmente a las articulaciones sacroilíacas (donde la base de la columna se une a la pelvis) y, progresivamente, a las vértebras de la columna.

Esta inflamación provoca un dolor lumbar muy particular: el dolor que empeora con el reposo (especialmente por la noche y al levantarse) y que, paradójicamente, mejora con el movimiento y el ejercicio.

Con el tiempo, si la inflamación persiste sin tratamiento, puede llevar a que los pequeños ligamentos y estructuras de la columna se osifiquen, haciendo que las vértebras se fusionen.

Este proceso se conoce como anquilosis y puede resultar en una limitación significativa y permanente de la movilidad de la columna, a veces llevando a una postura encorvada característica.

Sin embargo, la Espondilitis Anquilosante no solo afecta la columna; también puede causar inflamación en otras articulaciones periféricas (como rodillas o caderas) y, en algunos casos, manifestaciones fuera de las articulaciones, siendo la uveítis (inflamación del ojo) la más común.

Artritis Psoriásica

La Artritis Psoriásica es una condición con una estrecha relación con la psoriasis, una enfermedad crónica de la piel que causa manchas rojas y escamosas. En la Artritis Psoriásica, la inflamación que afecta la piel pasa a las articulaciones. Se manifiesta en individuos que ya tienen psoriasis cutánea, o que tienen antecedentes familiares de esta condición.

Lo que la hace particularmente variada es su capacidad de afectar diferentes partes del cuerpo de múltiples maneras. Puede presentarse con inflamación en la columna vertebral (similar a la espondilitis anquilosante), afectando las sacroilíacas y la columna, pero también es muy común que afecte las articulaciones periféricas, a menudo de forma asimétrica (por ejemplo, una rodilla pero no la otra).

Una característica muy particular es la dactilitis, donde un dedo entero de la mano o el pie se inflama y se hincha como una “salchicha”. Además, la inflamación puede afectar las entesis (los puntos donde los tendones y ligamentos se insertan en el hueso), causando dolor en sitios como el tendón de Aquiles o la planta del pie.

La afectación de las uñas, con cambios como el desprendimiento o la aparición de hoyuelos, es también una pista importante para su diagnóstico. Dada esta diversidad, el reconocimiento temprano es crucial para evitar el daño articular progresivo.

Artritis Reactiva

La Artritis Reactiva, como su nombre indica, es una respuesta inflamatoria de las articulaciones que se “activa” después de una infección en otra parte del cuerpo. En ella el sistema inmune, en su lucha contra un invasor, se confunde y luego ataca las propias articulaciones.

Típicamente, esta forma de artritis se desarrolla unas semanas después de una infección, que puede ser gastrointestinal (por ejemplo, por bacterias que causan diarrea) o genitourinaria.

La inflamación articular suele ser asimétrica, afectando más las articulaciones de las extremidades inferiores(rodillas, tobillos, pies). Además de la artritis, a menudo se presenta con otras manifestaciones características: conjuntivitis (inflamación de los ojos) y/o uretritis (inflamación del tracto urinario).

En algunos casos, también pueden aparecer úlceras en la boca o lesiones en la piel. Es importante destacar que, aunque es “reactiva” a una infección, la artritis en sí no es infecciosa; no hay bacterias viviendo en las articulaciones. El tratamiento se enfoca en controlar la inflamación y los síntomas.

Artritis Asociada a Enfermedad Inflamatoria Intestinal

Para muchas personas, el intestino y las articulaciones parecen no tener relación alguna. Sin embargo, en la Artritis Asociada a Enfermedad Inflamatoria Intestinal, vemos una conexión clara y directa. Esta forma de espondiloartropatía afecta a pacientes que ya han sido diagnosticados con Enfermedad de Crohn o Colitis Ulcerosa, que son las dos principales enfermedades inflamatorias crónicas del intestino.

La inflamación en estas personas no se limita al tracto digestivo; también puede extenderse a las articulaciones. La afectación puede ser similar a la espondilitis anquilosante, involucrando la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas, o ser periférica, afectando articulaciones como las rodillas, los tobillos o las caderas.

Una característica interesante es que, en muchos casos, la actividad de la artritis se correlaciona con la actividad de la enfermedad intestinal: cuando el intestino está más inflamado, las articulaciones también tienden a estarlo. Sin embargo, esto no siempre es así, y a veces la artritis puede manifestarse de forma independiente.

El manejo de esta condición a menudo requiere una colaboración estrecha entre reumatólogos y gastroenterólogos para tratar ambas enfermedades de manera efectiva.

Espondiloartropatía Indiferenciada

La Espondiloartropatía Indiferenciada o idiopática es el término que se usa cuando un paciente presenta síntomas y signos claros que sugieren una espondiloartropatía, pero no cumple con todos los criterios estrictos para ser clasificado de manera definitiva en alguna de las formas específicas que ya hemos mencionado.

Causas de las espondiloartropatías

La causa exacta de las espondiloartropatías no se comprende por completo, pero se reconoce una interacción compleja entre la predisposición genética y los factores ambientales. El alelo HLA-B27 es el marcador genético más fuertemente asociado; su presencia aumenta significativamente el riesgo de desarrollar estas condiciones, aunque no es un requisito ni una garantía de la enfermedad.

En individuos genéticamente susceptibles, ciertos desencadenantes ambientales, como infecciones bacterianas o alteraciones en la microbiota intestinal, pueden iniciar una respuesta inmunológica desregulada que perpetúa la inflamación crónica característica de estas enfermedades.

Manifestaciones Clínicas

Las espondiloartropatías pueden presentar una variedad de síntomas, que van más allá del dolor articular:

  • Dolor lumbar inflamatorio: Un síntoma cardinal, caracterizado por un inicio gradual antes de los 40 años, mejora con la actividad física, empeora con el reposo (particularmente por la noche y en la madrugada), y se asocia con rigidez matutina prolongada.
  • Artritis periférica: Inflamación de articulaciones fuera de la columna, frecuentemente asimétrica y predominante en las extremidades inferiores.
  • Enteitis: Dolor y sensibilidad en los puntos donde los tendones y ligamentos se insertan en el hueso, como el talón (tendón de Aquiles, fascitis plantar) o las costillas.
  • Dactilitis: La inflamación difusa de un dedo completo de la mano o el pie, confiriéndole un aspecto de “dedo en salchicha”, debido a la afectación simultánea de articulaciones y estructuras periarticulares.
  • Uveítis anterior aguda: La manifestación extraarticular más común, que causa enrojecimiento ocular, dolor y sensibilidad a la luz.
  • Otras manifestaciones sistémicas pueden incluir psoriasis cutánea y síntomas de enfermedad inflamatoria intestinal. En raras ocasiones, pueden afectarse órganos como el corazón, los pulmones o los riñones.


¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de las espondiloartropatías es fundamentalmente clínico, apoyado por pruebas complementarias:

  • La evaluación médica es el inicio del diagnóstico.
  • Marcadores de inflamación: Análisis de sangre para evaluar la velocidad de sedimentación globular (VSG) y la proteína C reactiva (PCR), que suelen estar elevadas en fases activas de la enfermedad. No obstante, valores normales no descartan el diagnóstico.
  • Prueba genética HLA-B27: Su positividad apoya el diagnóstico, aunque no es confirmatoria por sí misma, dado que muchas personas con este gen nunca desarrollan la enfermedad.
  • Las radiografías pueden mostrar cambios estructurales avanzados, como la sacroileítis o los sindesmofitos en la columna.
  • La resonancia magnética (RM) es la herramienta más sensible para detectar la inflamación activa en las articulaciones sacroilíacas y la columna vertebral en etapas tempranas, incluso antes de que aparezcan cambios radiográficos.


Estrategias de Tratamiento

El manejo de las espondiloartropatías es complejo y se centra en controlar la inflamación, aliviar los síntomas, preservar la función articular y prevenir el daño estructural irreversible, con el objetivo final de mejorar la calidad de vida del paciente. El abordaje es típicamente multidisciplinario:

  • Fármacos Antiinflamatorios No Esteroideos (AINEs): Constituyen la primera línea de tratamiento para el control del dolor y la rigidez.
  • Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad convencionales: Medicamentos como la sulfasalazina o el metotrexato son utilizados, principalmente para el manejo de la artritis periférica y algunas manifestaciones extraarticulares.
  • Terapia Biológica: Para casos con actividad persistente o que no responden a las terapias convencionales, los inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa han revolucionado el tratamiento, al igual que otros agentes biológicos dirigidos a vías inflamatorias específicas. Estos fármacos actúan bloqueando moléculas clave en el proceso inflamatorio.
  • Fisioterapia y ejercicio: Son componentes esenciales de cualquier plan de tratamiento. Programas de ejercicios individualizados, estiramientos y fortalecimiento muscular son cruciales para mantener la flexibilidad, mejorar la postura y optimizar la capacidad funcional.

 

Las espondiloartropatías son condiciones crónicas que requieren un seguimiento médico regular y una participación activa del paciente en su propio cuidado. Un diagnóstico precoz y el inicio de un tratamiento adecuado son fundamentales para controlar la enfermedad, reducir los síntomas y permitir que los individuos afectados mantengan una vida lo más plena y productiva posible.

Descargo de responsabilidad:

Este artículo tiene fines informativos únicamente y no debe considerarse como un consejo médico. Consulte con su médico u otro proveedor de atención médica calificado.

Referencias:

  • https://doi.org/10.1093/rheumatology/keaf089
  • https://www.ser.es/wp-content/uploads/2015/09/Espondiloartropatias.pdf
  • https://smiba.org.ar/curso_medico_especialista/lecturas_2022/Espondiloartropat%C3%ADas.pdf
  • https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-reumatologia-29-articulo-opciones-terapeuticas-las-espondiloartropatias-13024665
  • https://rheumatology.org/patients/espondiloartritis

 

El Dr. Luis Maita es redactor especializado en temas de salud. Aporta su conocimiento médico para desarrollar contenido preciso, claro y relevante, buscando informar y educar a la audiencia sobre bienestar y diversas condiciones médicas.

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