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El papel crucial de las vacunas en la salud pública de Puerto Rico

Redacción por: Equipo de Salud GO

Las vacunas han sido una de las herramientas más efectivas para proteger la salud de las personas y de las comunidades. Gracias a ellas, enfermedades que antes causaban miles de muertes al año ahora están bajo control o incluso han desaparecido por completo. En Puerto Rico, por ejemplo, las campañas de vacunación masiva han sido clave para mantener a raya enfermedades como el sarampión, la difteria y, más recientemente, el COVID-19.

Aunque la mayoría de las personas reconoce la importancia de las vacunas, en los últimos años hemos visto cómo la desinformación y la desconfianza han afectado la percepción pública. Esto ha generado cierta resistencia, conocida como “vacilación vacunal”, que puede poner en riesgo los avances logrados. Por eso, es esencial entender cómo funcionan las vacunas y por qué siguen siendo tan necesarias, especialmente en contextos como el de Puerto Rico, donde el acceso a servicios de salud varía según la región.

¿Cómo actúan las vacunas?

Las vacunas funcionan preparando al sistema inmunológico para defenderse de ciertos virus o bacterias. Lo hacen introduciendo en el cuerpo una versión debilitada o inactiva del patógeno, o simplemente una parte del mismo, lo suficiente para que el cuerpo lo reconozca y sepa cómo combatirlo si aparece en el futuro.

Gracias a esta “memoria inmunológica”, el cuerpo puede reaccionar más rápido y con mayor eficacia ante una infección real. Esto no solo protege a la persona vacunada, sino que también ayuda a frenar la propagación de enfermedades en su entorno.

Tipos de vacunas

Existen varios tipos, cada una adaptada al tipo de enfermedad y a la población que se quiere proteger:

  • Inactivadas (como la de polio, IPV): contienen virus muertos.
  • Atenuadas (como la del sarampión): contienen una versión debilitada del virus.
  • Subunidades (como la del VPH): usan partes específicas del virus.
  • ARN mensajero (como algunas contra el COVID-19): enseñan a las células a producir una proteína del virus para provocar la respuesta inmune.

Vacunación en Puerto Rico

En Puerto Rico, el Departamento de Salud mantiene un calendario de vacunación obligatorio para niños y adolescentes que ingresan al sistema escolar. Gracias a esta política, la isla ha logrado mantener altos niveles de inmunización infantil. No obstante, el reto actual está en reforzar la vacunación en adultos y personas mayores, así como mejorar el acceso en regiones más apartadas.

Durante la pandemia, la vacunación contra el COVID-19 alcanzó tasas récord en muchos municipios, especialmente gracias a la colaboración entre agencias de salud, alcaldías y organizaciones comunitarias. En algunos pueblos, como Caguas, Bayamón o Mayagüez, se lograron coberturas superiores al 80%. Sin embargo, aún persisten brechas, sobre todo entre adultos jóvenes y en zonas rurales.

Las autoridades de salud también están impulsando campañas de vacunación contra el VPH, la influenza y, recientemente, el virus del dengue. En 2024 se inició un esfuerzo piloto en áreas del sur de la isla, incluyendo Ponce y Guánica, para promover la nueva vacuna contra el dengue aprobada por la FDA.

¿Por qué es tan importante vacunarse?

  1. Protección personal: Las vacunas previenen enfermedades graves como meningitis, hepatitis o tétanos. Evitan hospitalizaciones, secuelas e incluso muertes.
  2. Protección comunitaria: Cuando muchas personas están vacunadas, se reduce la posibilidad de que el virus se propague. Esto protege a quienes no pueden vacunarse por razones médicas, como los bebés o personas inmunocomprometidas.
  3. Prevención de epidemias: Las vacunas son una barrera contra brotes peligrosos. Por ejemplo, la disminución de la cobertura de sarampión en algunas comunidades ha reactivado focos en EE.UU. y también pone en riesgo a Puerto Rico, dado el constante flujo de viajeros.
  4. Beneficio económico: Una población sana es más productiva. Se reducen las ausencias laborales y escolares, y los costos para el sistema de salud bajan considerablemente.

Rompiendo mitos comunes

¿Causan autismo? No. Este mito se originó por un estudio fraudulento en los 90 que ya fue desacreditado y retirado. Más de 20 estudios científicos han demostrado que no hay vínculo entre vacunas y autismo.

¿Contienen ingredientes peligrosos? No. Todos los componentes de las vacunas han sido evaluados y aprobados por organismos como la FDA y los CDC. Las cantidades utilizadas son mínimas y seguras.

¿Tienen efectos secundarios? Pueden causar molestias leves como dolor en el brazo o fiebre. Las reacciones graves son muy raras y tratables. El riesgo de no vacunarse suele ser mucho mayor.

El futuro de la vacunación

La ciencia médica sigue avanzando. En Puerto Rico y el mundo, ya se desarrollan vacunas contra nuevas amenazas como el dengue, el virus respiratorio sincitial (VRS) en adultos mayores y algunas formas de cáncer.

Además, se están probando vacunas combinadas, más fáciles de administrar, y nuevas tecnologías como los parches dérmicos, que podrían eliminar la necesidad de agujas. Estos avances permitirán ampliar el acceso y reducir la resistencia de quienes sienten ansiedad por las inyecciones.

Un compromiso colectivo

Vacunarse es una decisión personal, pero también un acto de responsabilidad social. Cuando una persona se vacuna, no solo se protege a sí misma, sino que protege a su familia, a su comunidad y a los más vulnerables.

En Puerto Rico, donde los lazos familiares y comunitarios son fuertes, este sentido de protección mutua cobra aún más valor. Las campañas de vacunación deben reforzar este mensaje con empatía, información clara y acceso equitativo.

En resumen:

Las vacunas no son solo una herramienta médica, sino una inversión en salud, seguridad y bienestar. Continuar educando, desmintiendo mitos y fortaleciendo la confianza de la población es esencial para que sigan cumpliendo su función. En tiempos de incertidumbre, las vacunas siguen siendo una de nuestras certezas más poderosas.

Fuentes:

  • Departamento de Salud de Puerto Rico
  • Organización Mundial de la Salud (OMS)
  • Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
  • Academia Estadounidense de Pediatría (AAP)

Descargo de responsabilidad:

Este artículo tiene fines informativos únicamente y no debe considerarse como un consejo médico. Consulte con su médico u otro proveedor de atención médica calificado.